Absurdo
Que absurdo es despertar. Despertar sin tu aliento tibio.
Sin que tus manos toquen la nada que sueño cada noche.
Que absurdo es respirar. Respirar sin tus sucias ilusiones.
Sin que tus manos indaguen en mis verdades escondidas.
Que absurdo es tu silencio.
Que absurdo es tenerte. Tenerte y no poder sentirlo.
Saber que vas y vienes, como en un baile triste y siniestro.
Que absurdo es tu silencio.
Que absurdo es mi silencio.
Tu que eres osado,
por momentos me pareces el más cobarde de los cobardes.
Tu que eres océano,
por momentos me pareces la más impenetrable gota de agua.
Así es el absurdo entre tu y yo.
Una pequeña contradicción,
un juego sin futuro.
Tu aliento fresco en las mañanas,
junto a la ausencia de tus manos.
Tu respiración danzando,
danzando en la muerte mía.
Que absurdo es nuestro silencio.
Las palabras no dichas se vuelven enredaderas podridas.
Las palabras ausentes pervierten los sueños urgidos.
Que absurdo es despertar. Despertar sin ti.
Sin que te hayas ido, pero sin ti.
Que absurdo es respirar. Respirar sin ti.
Sin que te hayas ido, pero asfixiandome.
Que absurdo es el silencio de esta noche.
De esta noche que construye quimeras con despojos.
Que absurdo eres, que absurda soy.
Que absurdo es el mundo que cada noche destruimos.
2 comentarios:
Me encantó la impenetreable gota de agua. Hermosa imagen. Bello poema.
Muchas gracias. Que bien es verte por acá.
Publicar un comentario