Ocupo la mano izquierda para fumar cuando manejo

Cuando manejo tomo el cigarrillo entre el dedo índice y medio de mi mano izquierda. Regularmente lo hago con la mano derecha, pero debido a que ésta debo tenerla libre para cambiar las velocidades de mi vehículo, ocupó la izquierda para fumar cuando manejo.

Antes de encender el cigarrillo que tengo ya detenido entre mis labios un poco tendido hacia la derecha, bajo el vidrio de la ventana y tomo el encendedor, espero un alto.
Cuando encuentro el semáforo en rojo, entonces con el pulgar de la mano derecha aprieto con fuerza hacia abajo y doy vuelta al arillo que se encuentra detrás del círculo por donde nace el fuego hasta que mi dedo toca y oprime una lengüeta pequeña color negro.
Por lo menos dos veces intento prender el encendedor, desisto y cierro la ventana, vuelvo a intentar hasta que la flama aparece, la acerco despacio hacia la punta del cigarro, que ya tengo entre mis dedos índice y medio, hago una exhalación rápida porque el conductor de atrás ha comenzado a tocar para que avance mi coche y haga caso de la luz verde del semáforo, mientras bajo el vidrio y con mi mano izquierda soplo un poco para que el humo se vaya rápidamente.
Me gusta ver el cigarro entre el dedo índice y medio de mi mano izquierda cuando manejo. Me gusta ver cómo sale el humo por la ventanilla mientras mi mano se posa en el volante.
Me gusta exhalar el humo de mi cigarrillo, sentir como roza mi lengua y tragarlo con un movimiento de mi mandíbula.
Pero lo que más me gusta es sacar el humo de mí, despedirlo ordenadamente haciendo una línea que va creciendo y se va dispersando en cuanto más se aleja de mí, me gusta sacar el humo cuando es de noche, porque es más nítido, está más presente.
Hoy aventé ese humo hacia la punta del cigarro. Estaba en un alto, de pronto me hice consciente de todas las emociones que me causaba fumar un cigarro con la mano izquierda cuando manejo -cuántas veces has fumado, cuántas has sido consciente de las emociones que te causa, me pregunte-.
Entonces vi aquella punta gris, con apenas un tono tenue de naranja en una orilla, entonces aquel humo que había tragado salió disparado hacia aquella punta que mostraba que ya me había fumado la mitad de un cigarro Camel.
Entonces pude ver un camello debajo de mi dedo índice, -siempre procuro ver el camello cuando enciendo el cigarrillo, tiene que estar hacia arriba, hacia mis ojos, tengo la sensación de que así prendo el cigarro derecho-, y después vi como el humo se acercaba a la punta y cómo poco a poco se avivaba el color naranja del cigarro, como si fuera una fogata a la que se le echa aire.
Ese color naranja duro unos instantes, unos pequeños instantes y después se convirtió en más tono grisáceo, en más ceniza a punto de caer, entonces extendí el brazo, apenas el antebrazo, ya que la ventanilla estaba apenas abierta y con la uña de mi dedo pulgar presione el cigarrillo contra mi dedo medio y la ceniza un poco cayo a la calle y un poco en la puerta de mi coche.
No sabía que cierro un poco los ojos, más el izquierdo que el derecho, cuando fumo; cuando exhalo el humo, no sabía que mi lengua se va hasta el fondo y termina haciendo un arco para tocar mi paladar; no sabía que hago una "o" con mis labios cuando saco el humo; no me había dado cuenta que ocupo la mano izquierda para fumar cuando manejo.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo ocupo la izquierda para manejar... cuando fumo... la cambio por la derecha... y fumo con la izquierda... aunque quiza nunca..con tanta pasion..... Gracias por enseñarme a prender los cigarros derechos.

Abraham!

El Periodista Iracundo dijo...

Tienes toda la razón, casi nunca ponemos atención a cosas tan rutinarias pero tan placenteras como echarse un pitillo mientras manejas, en mi caso como me gusta mucho manejar, nada como combinarlo con un camel, aunque hay que tener cuidado con la ceniza porque ya he quemado varias prendas y un asiento

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